La ciudad es fuente permanente de conflictos y disputas por el espacio público. Recorrer las calles de un lugar como el CHCDMX permite experimentar y pensar que precisamente la alteración del orden y la subversión de lo establecido, son formas de conocer y relacionarse con los demás, de habitar un espacio.

A través de la escucha de estos paisajes sonoros se propone una reflexión sobre la escucha, la percepción y la influencia del entorno en las relaciones sociales. Luego de tres meses de caminar, observar y realizar registro de una delimitación seleccionada del Perímetro A, se propone mostrar este abordaje de la cotidianidad mediante un ejercicio de cartografía sonora.

Cabe decir que este esfuerzo no busca incidir sobre la realidad que se vive en esta zona de la ciudad, tampoco establecer una verdad o ejercer un juicio de valor alrededor de la dinámica que ahí se presenta todos los días. Esta propuesta es una aproximación a un territorio sobre el que personalmente me interesa reflexionar y desarrollar trabajo dada la cantidad de dicotomías manifiestas: legalidad-ilegalidad, centro-periferia, local-global, sonido-silencio, por mencionar algunas.