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antecedentes metodológicos
metodología empleada
Tomando en cuenta los antecedentes se construyó una metodología que permitiera realizar un trabajo de campo guiado no solamente por el azar, y que en cambio contemplara la inclusión de una mayor cantidad de elementos sonoros a considerar (naturales, artificiales y humanos) que logren contribuir en mayor o menor medida a identificar un momento y lugar como fuente de subversión sonora, de acuerdo al planteamiento de este texto, aunque por otro lado, intencionalmente se ha buscado un contraste acústico en la zona seleccionada, para ilustrar cómo en un espacio relativamente cercano confluyen diversas relaciones y realidades urbanas. A continuación se describen:
derivas psicogeográficas
A partir de la propuesta de los Situacionistas, en cuanto al balance necesario entre azar y datos, hubo un primer acercamiento al espacio a partir de la consulta de un mapa del CHCDMX en Google Maps y en la Guía ciudadana para el cuidado del Centro Histórico, esto para conocer la delimitación entre el Perímetro A y B, sin embargo, durante estos ejercicios no se tomó en cuenta dicha frontera, ya que se trataba también de no pensar en un límite. Desde el inicio se tuvo claro evitar la zona más “turística” (Zócalo, calles Madero, 20 de noviembre, 5 de febrero, Tacuba, entre otras, hasta llegar al Palacio de Bellas Artes), optando por la parte menos “cuidada” y con gran actividad del comercio ambulante (hacia el norte hasta llegar al Mercado de La Lagunilla y el Eje 1 Norte, hacia el oriente hasta el Anillo de Circunvalación).

Despojado yo mismo de cualquier sombra de experimentar los recorridos como un turista, y en mi condición de estudiante de provincia que desconoce la mayor parte de ese espacio, las derivas psicogeográficas comenzaron durante el mes de julio de 2016. Al igual que las reglas lúdicas sugeridas por la IS, esto es, quien realiza la actividad pone sus propias reglas, me fijé una sencilla pauta en cada recorrido: Partiendo de la estación de Metro Merced, me propuse atravesar la delimitación del Perímetro A avanzando libremente por donde quisiera, hasta llegar al Metro Lagunilla. Luego de la primer deriva, el territorio a recorrer se redujo luego de descartar algunas zonas que no representaron mayor interés personal.

Así, la segunda deriva me llevó a recorrer las calles en orientación horizontal de poniente a oriente, partiendo desde República de Perú y la esquina de Brasil, hasta Anillo de Circunvalación, bajar una calle y regresar hasta Brasil, así hasta llegar a la calle Corregidora (evitando el Zócalo).

La tercera deriva fue realizada caminando de sur a norte desde Corregidora hasta el Eje 1 Norte, teniendo como límite la calle Brasil y el Anillo de Circunvalación. En promedio, las derivas psicogeográficas tuvieron una duración de entre dos y tres horas, durante la actividad no se realizó ningún tipo de registro, pero se realizaron anotaciones sobre lugares a considerar, como calles con gran flujo de personas y comercios, plazas y algunas zonas de descanso. Esto permitió tener un panorama más claro de esa parte del CHCDMX para así lograr delimitar una zona definitiva y realizar la parte de observación y registro.

segunda deriva
tercera deriva
caminatas para observación y registro
Luego de la etapa de derivas se fijó un espacio de trabajo, el cual está delimitado por las calles Corregidora, desde Correo Mayor hasta Alhóndiga que rápidamente cambia su nombre a De La Santísima, subiendo esta calle hasta convertirse al norte en Leona Vicario y llegar a República de Bolivia, donde doblando a la izquierda se avanza una cuadra hasta Torres Quintero, para luego subir a Manuel de la Peña y Peña, llegando hasta la esquina con Apartado y Del Carmen, y bajar por esa calle hasta convertirse de nuevo en Correo Mayor.

delimitación final para trabajar
El territorio se trabajó por un periodo de tres meses, de octubre a diciembre de 2016, realizando visitas periódicas pero que permitieran experimentar la dinámica de cada día de la semana. Se manejaron cuatro horarios para estos recorridos: 9:00, 13:00, 17:00 y 21:00 horas, con un promedio de duración de entre tres y cuatro horas. Estas caminatas implicaron observación y escucha atenta. Los recorridos presentaron dos modalidades de escucha: fija y dinámica (en movimiento). La finalidad de esta etapa también fue la realización de un registro sonoro y visual del espacio recorrido, para con ello ir conformando un banco de datos a utilizar en la cartografía final, así como ir elaborando el plano de sonidos.

grabación fonográfica, fotográfica y de video
Si bien se realizó observación fija y dinámica, se tomó la decisión de realizar el registro fonográfico en movimiento, con el objetivo de tener una mayor cantidad de estímulos y manifestaciones acústicas presentes, así como experimentar los cambios de la zona delimitada a lo largo de la jornada, de alguna forma hacer más natural la forma de percibir el espacio. Cabe señalar que de entrada, realizar un registro fonográfico y/o fotográfico implica tomar una decisión: sobre lo que se va a mostrar y sobre lo que se va a ocultar.

A su vez, realizar un registro devela una influencia del fonógrafo o fotógrafo sobre el entorno, el ángulo elegido para el disparo, la posición del micrófono para grabar, a lo que habrá que añadirle las decisiones que se tomen al momento de editar el material: recortar el cuadro, acortar la duración del audio. Se entiende así que se ejerce una violencia desde el dispositivo sobre el entorno que nunca permitirá la transmisión veraz, objetiva de una realidad. Realizar un registro simplemente apela a la representación de un objeto o de una situación. El registro siempre será la materialización de una subjetividad. Una manipulación de la realidad.

Para el registro fonográfico se ha contado con una grabadora Tascam, modelo DR40, con la cual se han grabado directamente los sonidos para posteriormente editarlos en computadora. La edición de estos tracks de audio se ha realizado con los softwares libres Audacity y Oceaudio, y salvo algún ajuste en la ecualización, no implica la modificación del sonido, simplemente la duración del paisaje sonoro. Se utilizó también una cámara Nikon, modelo D5500, con la cual se intentó realizar registro fotográfico y de video, pero se tuvo que suspender esta opción debido a dos amenazas recibidas por parte de vendedores informales al estar grabando video.
identificación de sonidos tónicos, señales y marcas sonoras
Ante esta situación se optó por tomar algunas fotografías y un poco de video a escondidas con un teléfono celular Huawei, algo mucho más discreto. En el caso de la grabadora de audio no ocurrió una amenaza, pero sí el cuestionamiento sobre lo que se estaba realizando. Para evitar algún problema, y dado que la grabadora puede llamar la atención, se decidió envolverla en una bolsa de plástico haciéndola pasar como la compra de algún producto.

Los registros abarcan el periodo de una semana de los meses de octubre a diciembre de 2016, desde el día lunes al día domingo. Cabe resaltar que estos registros se realizaron en periodos intermitentes de tiempo, esto es, no se realizaron en el periodo de una semana corrida. Para facilitar la elaboración de una gráfica donde se reflejaran las incidencias acústicas más notables, se decidió dividir el perímetro en tres cuadrantes (A, B y C). Para consultar las gráficas por cuadrantes da click
Durante las etapas anteriores igualmente se pudo establecer una identificación de las categorías propuestas por Murray Schafer, en busca de definir la identidad sonora del espacio delimitado. Es evidente que a lo largo del día el entorno acústico cambia, sin embargo, es posible identificar sonidos que durante la jornada se mantienen, aunque nos centraremos en los correspondientes a la etapa vespertina. De esta forma, encontramos que los sonidos tónicos o keynotes presentes están relacionados a movimiento y actividad: el paso constante de automóviles, motocicletas y camiones de ruta, así como la interacción entre personas (pasos, voces, acciones). Ambas fuentes trabajan como un sonido drone que no cesa, del cual pocas veces somos conscientes y que conforma el fondo sobre el que los demás sonidos se manifiestan. Estos sonidos tónicos podemos encontrarlos en todo el perímetro trazado.

Por otro lado, las señales sonoras o sound signals emergen al ir recorriendo las calles: los gritos de los vendedores ambulantes e informales, la música proveniente de bocinas en algunos establecimientos, el claxon de algún automóvil. Estas expresiones acústicas nos dan información sobre algo en el momento, y dado que somos conscientes de su aparición, podemos prestarles atención en mayor o menor grado. Dichas señales están presentes en casi toda la delimitación del perímetro, a excepción de buena parte de la calle Leona Vicario y en el tramo ya mencionado de la calle Del Carmen (donde se ubica el Museo de las Constituciones), que presenta una singularidad por mencionar.

En el caso de las marcas sonoras o soundmarks que caracterizan este lugar, encontramos la campana de la Iglesia de La Santísima Trinidad en la calle De La Santísima. En Del Carmen, a la altura del Museo de las Constituciones, si bien no hay presencia de vendedores, todas las tardes hay algún cantante ambulante, que ayudado de una pequeña bocina interpreta canciones como forma de trabajo remunerado; a unos cuantos metros, llegando a República de Venezuela, el paso del metrobús se presenta como signo distintivo de esa parte. Finalmente, considerados en conjunto, los gritos de los vendedores informales y algunos ambulantes caracterizan el recorrido vespertino en la calle Del Carmen/Correo Mayor.

Estos eventos sonoros cotidianos vienen a dotar de identidad a esta parte del CHCDMX. En su interacción con los individuos que por ahí transitan o se relacionan, podemos retomar la idea de las capas de cebolla, la influencia que los estímulos, en este caso los sonoros, ejercen sobre las personas en grados menores y mayores. La presencia de las categorías de Schafer no implica una jerarquización, así por ejemplo, podemos ubicar las marcas sonoras al alcance del caminante (los vendedores), o alejadas de él (la campana de la iglesia). Sin embargo, con los sonidos tónicos y las señales sonoras pasa distinto: los primeros pasan generalmente desapercibidos (capa más distante), mientras las señales impactan directamente al individuo (capas más cercanas).
encuesta y ubicación de ruidos en croquis
Interacción entre entorno acústico y escucha visualizado como capas de cebolla. Keynotes,
sound signals y sound marks presentes.
Durante el mes de octubre y noviembre se aplicaron 150 encuestas a comerciantes y habitantes del perímetro seleccionado, donde compartieron a partir de la experiencia, su percepción sobre lugares acústicamente molestos y agradables. Estos sondeos se realizaron mediante un abordaje directo, cara a cara, donde el participante contestó diez preguntas en relación a la percepción sonora del entorno, además de ubicar en un croquis los puntos que consideran más desagradables, ruidosos o violentos. El formato para las encuestas fue tomado en su mayoría del aplicado por De Gortari (2010), pero modificado para los fines de este trabajo. Con estos datos se pudo complementar la información propia observada y registrada en las caminatas al momento de elaborar los gráficos por cuadrante.
En los resultados obtenidos mediante las encuestas se pueden identificar algunas apreciaciones sobre la percepción que los usuarios de ese espacio tienen en cuanto al entorno sonoro, entre ellas: De las personas encuestadas un 28.7% corresponde a habitantes de la zona, 34% a visitantes o compradores, un 23.3% se trata de trabajadores del perímetro delimitado y un 14% se trata de otro tipo de usuario, mayormente turistas. Hay un relativo balance entre la apreciación de que el CHCDMX es un entorno sonoro agradable (56%) o uno desagradable (44%). En cuanto a la percepción como entorno desagradable, de las 66 personas encuestadas que respondieron de esta forma, 26 son habitantes (frente a 17 habitantes que lo perciben como entorno agradable), 27 visitantes (frente a 24), 10 trabajadores (frente a 25) y 3 son turistas (frente a 18 que lo perciben como entorno agradable). Sobre esto resalta la posición de los habitantes que en su mayoría identifican como desagradable el entorno que escuchan cotidianamente, aunque algunos comentan que ya están acostumbrados a esa dinámica.

Por otro lado, respecto al grado de molestia que el ruido causa en las personas, las 150 encuestas arrojaron que a 8 personas (5.3%) el ruido nada les molesta, a 25 (16.7%) les molesta poco, a 66 (44%) les causa molestia regular, a 31 personas (20.7%) el ruido les molesta bastante, y a 20 (13.3%) les causa mucha molestia. Estos datos confirman que pese a la molestia que el ruido puede causar en las personas, éstas se adaptan a este tipo de situaciones en su día a día. Igualmente, los datos confirman la condición subjetiva de la escucha, ya que lo que para algunos puede resultar agradable, para otros es todo lo contrario, en este sentido, es significativa la percepción de 24 personas (16%) que consideran que el ruido es una forma violencia (por alterar la calma, por no permitir una intimidad en casa, por estrés), frente a 126 personas (86%) que no consideran que pueda violentar. Para consultar las gráficas generadas da click
Gráfica mostrando la percepción de las personas encuestadas sobre el entorno sonoro.
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