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El CHCDMX es un espacio muy amplio y complejo, es por ello que para realizar esta propuesta sonora se decidió tomar como análisis una zona delimitada, una muestra en la que confluyen algunas de las realidades de este territorio. Para plantear el desarrollo de la cartografía sonora se tomaron en cuenta diversas estrategias planteadas por especialistas, expertos y colectivos, para darle forma a una propuesta propia de levantamiento y clasificación de la información.
A continuación se presentan:
antecedentes metodológicos
derivas psicogeográficas
La psicogeografía es el “estudio de los efectos precisos del medio geográfico, acondicionado o no conscientemente, sobre el comportamiento afectivo de los individuos”. Esta disciplina se centra en la relación que tienen las emociones de las personas con los espacios que los rodean. Este concepto fue introducido por los Situacionistas para el abordaje de sus experiencias urbanas. De aquí se desprende la deriva urbana planteada por Debord, quien especifica que la deriva es una operación construida que acepta el azar pero que no se basa en él, puesto que está sometida a ciertas reglas: fijar por adelantado, según unas cartografías psicogeográficas, las direcciones de penetración a la unidad ambiental que analizar; la extensión del espacio que indagar puede variar desde una manzana hasta el barrio, e incluso “hasta el conjunto de la gran ciudad y de sus periferias”.

En su texto Teoría de la deriva, Debord reflexiona sobre las condiciones en que este tipo de exploraciones urbanas se presentan, haciendo énfasis en que si bien el "dejarse llevar" es la esencia de esta práctica, la utilización de mapas y datos geográficos son una contradicción necesaria. El azar en las derivas es determinante, sin embargo, si hay una ausencia de observación psicogeográfica, una cierta noción previa del territorio, hay un riesgo de reducir variantes y tender al hábito, "se corre el riesgo de que los primeros atractivos psicogeográficos que se descubren fijen al sujeto o al grupo que deriva alrededor de nuevos ejes habituales, a los que todo les hace volver constantemente". Es necesario establecer entonces el término deriva psicogeográfica para abarcar la totalidad de elementos y prever así, una práctica que terminaría convirtiéndose en lo que se busca evitar: el viaje o el paseo.

También se debe tomar en cuenta que el "terreno pasional objetivo en el que se mueve la deriva debe definirse al mismo tiempo de acuerdo con su propio determinismo y con sus relaciones con la morfología social", esto es, la práctica de la deriva va determinada por el juego, delimitada por ciertas reglas que impiden la total disposición del azar y en las que también es importante considerar el factor humano, la representación que del espacio tienen quienes ahí lo habitan.

El Intento de descripción psicogeográfica de Les Halles, del colaborador situacionista Abdelhafid Khatib es un ejemplo apropiado (aunque inconcluso) de una experiencia psicogeográfica. En su texto, el autor hace una descripción detallada de “los límites del barrio tal como lo concebimos, las divisiones ambientales características y las tendencias direccionales dentro y fuera de este terreno”, con ello se presenta un panorama a manera de diagnóstico sobre las condiciones espaciales y sociales del territorio, ya que de igual forma se describen los elementos arquitectónicos y contrastes entre sectores del barrio, así como algunas caracterizaciones de la población estable y fluctuante que convive en dicho espacio.
Para descargr el libro Internacional situacionista. Textos completos en castellano de la revista Internationale situationniste (1958-1969),
da click
The Naked City (1957), de Guy Debord, primer mapa psicogeográfico.
colectivo iconoclasistas
Para este grupo de investigación, el mapeo es un modo de producir territorio. La utilización crítica de mapas “apunta a generar instancias de intercambio colectivo para la elaboración de narraciones y reinterpretaciones que disputan e impugnan aquellas instaladas desde diversas instancias hegemónicas”. El mapa es una herramienta más para el abordaje de problemáticas sociales, en lo subjetivo o en lo geográfico. El mapeo se incluye dentro de los diferentes recursos utilizados por este colectivo, que identifican como dispositivos múltiples, los cuales “consisten en creaciones y soportes gráficos y visuales que, mixturizados con dinámicas lúdicas, se articulan para impulsar espacios de socialización y debate, que son también disparadores y desafíos en constante movimiento, cambio y apropiación”.

Con una reconocida trayectoria de trabajo colaborativo en Latinoamérica, principalmente mediante talleres, Iconoclasistas publicó un Manual de Mapeo donde explican su metodología de trabajo, cómo armar y desarrollar un taller, así como la utilización de una iconología propia (pictogramación) para el armado de cartografías. Como parte de la dinámica de inicio de un taller, por medio de preguntas detonadoras se propone la señalización individual en un mapa de zonas, espacios, rutas, lugares, itinerarios y todo aquello que los participantes rememoren como disfrutable o incómodo, o, angustiante. Con esto se selecciona o sistematiza información.
Ejemplo de mapeo realizado durante un taller impartido por Iconoclasistas en la colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México.
observatorio de la transformación urbana del sonido
La propuesta de Josep Cerdà y sus grupos de trabajo se centra en la creación de una cartografía artística, la mapificación de un territorio partiendo de una experiencia física o de lo sensorial. La cartografía artística, “es una representación de la realidad relacionada con el movimiento y el cambio. La información reflejada es multicapa y marca una trama de múltiples relaciones ocultas que configuran la realidad social”. Su postura plantea que “los mapas de sonidos, olores, sentimientos, sensaciones, estados de ánimo, sueños, etc. son tan necesarios de realizar como lo son los mapas topográficos, de carreteras o redes de comunicación”.

En su realización la visión del artista es vital ya que estas geografías son fluctuantes y difusas, por lo que el observador/artista toma una posición relativa y móvil en la captura de matices sutiles y diversos órdenes ocultos que le rodean. Una cartografía artística es pertinente para estudiar lugares marginales, “zonas de tensión y conflicto, donde se han producido cambios bruscos de transformación urbana, movimientos migratorios, zonas de fricción o articulación entre lo urbano y la naturaleza”, ya que son espacios no atendidos, con intereses políticos y/o económicos de por medio, generalmente silenciados.
La metodología del observatorio de transformación urbana del sonido parte del registro sonoro en los espacios urbanos y zonas sensibles de transformación urbanística, espacios residuales y lugares entendidos como frontera entre realidades distintas para identificar sus componentes y configurar un material artístico que sea posible estudiarlo y difundirlo. Este trabajo de campo y el muestreo de datos busca reflejar la identidad sonora de cada espacio y establecer un registro sonoro descriptivo de un ambiente, por lo que es importante definir las marcas sonoras que estructuran la geometría de la ciudad. El trabajo más representativo que ha impulsado Cerdà junto a un grupo de artistas es el Proyecto de cartografía sonora de la plaza Salvador Segí del barrio del Raval de Barcelona.

Con esta práctica se hacen evidentes las interacciones sociales cotidianas, un entramado siempre cambiante de experiencias y momentos, que permite acercarse a diversos fenómenos a partir de las representaciones generadas del estudio del territorio a delimitar. Para Cerdà la cartografía es una forma de apropiarse un territorio, y esta puede ser física, mental, o sensorial, además de abierta, versátil y abstracta. Se trata de trazar coordenadas inmersas en emociones y experiencias sensoriales para configurar un mapa que guarda además de una postura o reflexión sobre determinada problemática, el paso subjetivo de una vida por la experiencia compleja de la ciudad.
Propuesta de cartografía artística para el proyecto Cartografía Sonora del Raval (Laboratorio del Caos, 2012). Mapa psíquico, del artista Marc O´Callagan.
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carta de identidad sonora
Pascal Amphoux (1993) propone la elaboración de una carta de identidad sonora, donde se deben considerar diversos aspectos al realizar un levantamiento sonoro: clasificar mediante un código, anotar las características del terreno. Luego de esto, se requiere hacer una medición de los niveles sonoros mínimos y máximos. Asimismo se deben realizar entrevistas a los usuarios de los espacios analizados y registrar en la disposición que tuvieron los encuestados para llevarla a cabo. Es necesaria una breve descripción del momento sonoro: el lugar, el tiempo y los elementos audibles.

Keynotes, sound signals y soundmarks
Murray Schafer explica tres elementos que se deben considerar al momento de escuchar el paisaje sonoro, los cuales dotan de identidad a cada espacio que escuchamos: keynotes, que son los sonidos principales o tónicos, el sonido fundamental o la base acústica sobre la cual se manifiesta el entorno sonoro (el rumor de los autos, de voces, etc); su escucha no siempre es consciente. Sound signals, señales sonoras, son los estímulos que sobresalen de los demás, presentándose como en primer plano, avisando, llamando la atención (ladridos, música en algún establecimiento, etc); su escucha sí es consciente. Finalmente, las soundmarks, o marcas sonoras que caracterizan a un lugar, son sonidos específicos que refuerzan la identidad de un entorno acústico (campanas de una iglesia, el sonido de la fuente del parque, etc). La ocurrencia de estos elementos se nos presenta siempre bajo lo que Schafer denomina eventos sonoros, esto es, aquellos que ocurren debido a su interacción en un contexto determinado.

plano de sonidos
En su propuesta metodológica, Jimena de Gortari incluye un mapeo de sonidos paralelo a los levantamientos que realizó para conocer el entorno sonoro del barrio gótico de Barcelona. Este se centró en los sonidos percibidos en las plazas y lugares estudiados, clasificándolos como naturales (pájaros, árboles, agua), artificiales (música de los comercios), así como sonidos de actividades humanas (comerciantes ambulantes, actuaciones de artistas callejeros). La finalidad de estos planos es contar con una descripción más detallada de la zona de estudio. La autora introduce una simbología propia de los sonidos para graficar estos planos. En su mayoría estos sonidos son fijos, propios y permanentes de la zona (comercios establecidos, una escuela), pero también se señalan los sonidos temporales, aquellos percibidos en solo una de las varias visitas al mismo sitio, los cuales también aparecen en estos planos pero diferenciados por un color.

Ejemplo de plano de sonidos y simbología utilizada por Jimena De Gortari en su tesis de doctorado "La revalorización de los sonidos y la calidad sonora
ambiental del Barrio Gótico, Barcelona".